Su cuerpo fue encontrado junto a su bebé, de aproximadamente dos meses de nacido
Este 17 de diciembre, las autoridades de Cúcuta encontraron sin vida a la juez Vivian Polanía en su apartamento. La profesional de la justicia, que se desempeñaba como juez en el circuito judicial de Cúcuta, fue hallada junto a su bebé de tan solo dos meses de edad. Afortunadamente, el infante fue encontrado con vida y fue trasladado a una clínica local y se encuentra estable.
La Fiscalía General de la Nación informó que se inició la indagación en compañía de la Policía de la Seccional de Investigación Criminal (Sijín), sin embargo, entre los primeros detalles se precisa que el cuerpo de Polanía no tenía signos de violencia visibles y que el menor de edad fue trasladado a un centro asistencial bajo observación médica, sin presentar lesiones.
Se precisó que, hasta el momento, no se ha determinado la causa del fallecimiento. Por lo pronto, se llevan a cabo las primeras investigaciones y la recolección del material probatorio para reconstruir cómo sucedió la muerte.
El hallazgo se produjo luego de que su esquema de seguridad intentara comunicarse con ella sin éxito durante varias horas. Al no obtener respuesta, contactaron a un familiar y, posteriormente, se dio aviso a la Policía, que ingresó al inmueble donde fue encontrado el cuerpo de la juez.
Fuentes de la Policía Metropolitana de Cúcuta informaron que la mujer se habría comunicado horas previas a su muerte con miembros de su esquema de protección, quienes también la habían dejado, la noche del martes 16 de diciembre, en la portería del edificio donde residía.
Polanía era abogada y funcionaria judicial, conocida en Cúcuta por dirigir audiencias de alto impacto. Entre los procesos que estuvieron bajo su conocimiento se encuentra la audiencia concentrada contra Alejandro José Arias, alias el Cojo, señalado de ser el presunto responsable del asesinato del veedor ciudadano Jaime Vásquez.
La juez, era egresada de la Universidad Católica de Colombia, contaba con una especialización en Derecho Constitucional de la Universidad del Rosario y había cursado estudios de maestría en Derechos Humanos.
Vivian Polanía, a lo largo de su carrera, estuvo rodeada de polémicas que la convirtieron en una figura mediática más que en una autoridad judicial. Su historia empezó a ganar notoriedad en 2020, cuando su perfil de Instagram la puso en el ojo público, ya que, con más de 30 tatuajes visibles, fotos en ropa deportiva y algunas en ropa interior, la juez compartía su día a día, incluyendo su pasión por el CrossFit y promocionando marcas de ropa, de allí que la empezaran a llamar “jueza sexy”.
Su actitud y estilo de vida, completamente ajenos a las expectativas tradicionales de un funcionario judicial, provocaron que el Consejo Superior de la Judicatura abriera una investigación en su contra, bajo el argumento de que sus publicaciones podían dañar la “dignidad de la administración de justicia”, pero la juez defendió su derecho a expresarse y alegó que su vestimenta no tenía nada que ver con su capacidad intelectual o profesional.
En septiembre de 2023, se filtró un video de una fiesta de “amor y amistad” celebrada en el Palacio de Justicia de Cúcuta. En las imágenes, la juez Polanía aparecía sentada mientras un modelo (según su defensa, un mesero) le realizaba un baile erótico y le ponía leche condensada en la boca.
El escándalo fue inmediato, pues muchos consideraron inapropiado que un recinto judicial fuera utilizado para este tipo de celebraciones. Aunque la abogada defendió el evento, afirmando que no había intenciones sexuales y que todo fue parte de una fiesta inocente, las críticas sobre el uso de instalaciones judiciales para fiestas privadas se multiplicaron, y se abrió otro proceso disciplinario en su contra, que terminó con una suspensión de tres meses.


