Puerto Príncipe (EFE).- La decisión de la República Dominicana de deportar hasta a 10.000 migrantes indocumentados por semana mantiene en un estado de incertidumbre a los haitianos, que tratan de subsistir en la construcción, la agricultura o el comercio informal tras huir de su país, cuya situación económica y política se ha agravado en los últimos años por la violencia de las bandas armadas.
EFE observó este lunes al menos seis camiones repletos de haitianos en el centro de recepción de migrantes en Haina, a unos 20 kilómetros de Santo Domingo, antes de ser trasladados a la frontera para su deportación tras ser detenidos en operativos masivos el fin de semana en varios puntos del país.
Al lugar llegaron familiares de los detenidos para enterarse de su suerte. Muchos de ellos están en las afueras del centro desde este domingo, como es el caso de Elizabeth, cuyo esposo, haitiano al igual que ella, está detenido desde sábado en La Romana (este de la República Dominicana), donde hay una gran presencia de estos migrantes trabajando especialmente en el sector de la construcción.
Desde entonces, no le han dado información de su esposo, que está documentado, según afirmó a EFE.
Los agentes lo detuvieron “como a un animal” y “no le dieron tiempo” de que entregara la cédula de identidad, denunció, pero confía en que lo liberen en las próximas horas porque, insistió, “está legal”.
Hasta el centro también se trasladó Enite, cuyo hijo fue apresado el domingo cuando regresaban de vender en un mercado que se realiza los domingos en las afueras de Santo Domingo.
La mujer, que asegura que su hijo nació en el país hace 21 años y que “nunca” ha ido a Haití, llegó este lunes a Haina con la documentación del joven que le solicitaron los agentes de migración, pero “nadie” le informa de la situación.
“El tiene todas las constancias, su papel de nacido vivo, todo eso está ahí, pero no me hacen caso”, denunció, mientras aseguró que la documentación de ambos “está en proceso”. EFE