La propuesta de Gustavo Petro apenas está siendo evaluada por la Dirección Nacional de Sustitución de Cultivos Ilícitos para entregar una propuesta sólida a los campesinos del Cañón del Micay
En la inauguración de la Zona Verde de la COP16 en Cali, Petro defendió su postulado de que el problema no está en el campesino sembrador de esta planta, sino en la comercialización del alcaloide.

Gustavo Petro viene insistiendo, desde el viernes pasado, en la idea de que el Estado compre la cosecha de hoja de coca a los campesinos de El Plateado. Sería una compra sin precedentes en la que el Estado, con recursos públicos, compre cosecha de una plantación que es considerada ilegal. Petro, defendió su idea e insistió en la necesidad de que quitarle la materia prima a los grupos narcotraficantes que operan en el suroccidente del país, a través de una iniciativa en la que, espera, contar con el apoyo de uno de los máximos consumidores de la droga, como es Estados Unidos.
“Si los norteamericanos, que tanto se interesan por los problemas de los cultivos de hoja de coca, nos ayudaran a vender esos productos legales en California, Estados Unidos o los chinos allá en Pekín, ¿no solucionaríamos un problema en el que los ríos del pacífico podrían revivir y la selva con más biodiversidad por metro cuadrado podría existir en beneficio de toda la humanidad?”, añadió.
La propuesta de Petro no ha caído bien en algunos sectores de la sociedad, si se tiene en cuenta que millones de hectáreas han sido taladas en los últimos años en Colombia con el fin de sembrar coca, deteriorando así el ecosistema que tanto dice defender, señalan.

